viernes, 23 de noviembre de 2007

No he de callar...




No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Un chico de 16 años ha fallecido apuñalado y ocho personas han resultado heridas en una reyerta entre bandas rivales...(El Mundo, 11.11.2007)

Llamazares ha dicho que "Carlos es un digno heredero de los republicanos y los antifascistas". (El Mundo, 22.11.2007)

El otro día en Madrid, un adolescente de 16 años fué muerto por un joven de 24;
desde entonces se han multiplicado las protestas que, a su vez, degeneraron en violencia con el resultado de más heridos, detenidos y contusionados varios.

Todos hablan de este sórdido suceso mitificándolo al encuadrarlo en una mítica lucha antifascista. La realidad es que un niño ha dejado estúpidamente su vida en un andén del metro de Madrid, sin apenas haber comenzado a vivirla y otro joven ha tirado la suya estúpidamente por el sumidero, movido por el odio o por el miedo.

La realidad es que ahora hay dos familias destrozadas, la una por perder a su miembro más joven de una forma tan cruel como absurda y la otra por ver a su deudo convertido, ya para siempre, en abyecto criminal.

Malditos sean quienes siembran las mentes de nuestros muchachos con los odios viejos que han imposibilitado la libertad política en España desde hace tanto tiempo.

Malditos quienes se benefician del fruto de estos estériles odios para seguir viviendo en el machito, secuestrando la libertad y la dignidad políticas de los españoles.

Malditos logreros de mierda...